En qué consiste
La hernia inguinal es una patología muy frecuente en la población general. Los médicos especialistas en cirugía general son los que llevan a cabo las intervenciones quirúrgicas para subsanar estos defectos de la pared abdominal.
La cirugía laparoscópica de la hernia inguinal ofrece ventajas respecto a la cirugía convencional como son:
- Menor dolor postoperatorio (lo que conlleva un menor tiempo de ingreso, una recuperación más rápida permitiendo volver a la actividad laboral y / o deportiva con mayor prontitud y un menor consumo de analgésicos).
- Menor incidencia de dolor crónico.
- Menor incidencia de complicaciones (infecciones, hemorragia y desarrollo de seromas).
- Mejor resultado estético, al precisar solo de tres incisiones, una de 12mm y otras dos de 5mm.
Podemos resumir que, la superioridad del abordaje laparoscópico está claramente demostrada en los casos de hernia bilateral, en las recurrencias (reaparición de la hernia tras una cirugía previa), y en pacientes que por cualquier razón no pueden estar 4-8 semanas de baja laboral o sin realizar deporte. Son también candidatos a esta técnica pacientes obesos (sus heridas se complican con mayor frecuencia), los que presenten de forma simultánea una hernia umbilical (se utiliza el orificio para introducir la cámara) y aquellos que van a ser sometidos a otra cirugía por vía laparoscópica (vesícula, hernia de hiato, neoplasias, etc).