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Síndrome metabólico: síntomas, causas y tratamiento

lunes, 10 de febrero de 2025

El síndrome metabólico es una de las grandes preocupaciones de la medicina actual, ya que afecta a millones de personas en todo el mundo sin que muchas de ellas sean conscientes de ello. Este conjunto de alteraciones metabólicas no solo aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, sino que también está estrechamente ligado a la obesidad, la diabetes tipo 2 y otros trastornos crónicos que pueden reducir la calidad de vida. Pero, ¿cómo saber si se tiene síndrome metabólico? ¿Cuáles son los factores que lo provocan? ¿Es posible prevenirlo o revertirlo?

Con una prevalencia creciente debido a los cambios en los hábitos de vida, el síndrome metabólico se ha convertido en un problema de salud pública. La combinación de obesidad abdominal, resistencia a la insulina, hipertensión arterial y niveles elevados de colesterol y triglicéridos conforma un cuadro clínico que puede derivar en complicaciones graves si no se aborda a tiempo. Afortunadamente, modificar el estilo de vida puede marcar la diferencia.

¿Qué es el síndrome metabólico?

El síndrome metabólico no es una enfermedad en sí misma, sino un conjunto de trastornos que, cuando se presentan en conjunto, aumentan significativamente el riesgo de enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2 y accidentes cerebrovasculares. Para que un paciente sea diagnosticado con síndrome metabólico, debe presentar al menos tres de los siguientes cinco factores:

  • Obesidad abdominal: Perímetro de cintura superior a 102 cm en hombres y 88 cm en mujeres.
  • Hipertensión arterial: Presión arterial igual o superior a 130/85 mmHg.
  • Niveles elevados de glucosa en sangre en ayunas: Igual o superior a 100 mg/dL.
  • Triglicéridos elevados: Niveles en sangre de 150 mg/dL o más.
  • Colesterol HDL bajo: Menos de 40 mg/dL en hombres y menos de 50 mg/dL en mujeres.

Cuantos más factores se combinen, mayor será el riesgo de padecer complicaciones graves. La detección temprana y los cambios en el estilo de vida pueden marcar la diferencia en la prevención de enfermedades crónicas.

Causas y factores de riesgo

El síndrome metabólico se desarrolla debido a una combinación de factores genéticos y de estilo de vida. Algunas de las principales causas y factores de riesgo incluyen:

Resistencia a la insulina

La insulina es la hormona encargada de regular los niveles de glucosa en sangre. Cuando el cuerpo no responde adecuadamente a su acción, el páncreas necesita producir más cantidad para compensar. Esta condición, conocida como resistencia a la insulina, es una de las principales causas del síndrome metabólico, ya que favorece el aumento de la glucosa en sangre y la acumulación de grasa visceral.

Obesidad abdominal

El exceso de grasa en la zona abdominal no solo es un problema estético, sino que también es un marcador de inflamación y disfunción metabólica. La grasa visceral libera sustancias que afectan la regulación del azúcar en sangre y la presión arterial, aumentando el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Estilo de vida sedentario

La falta de actividad física contribuye a la ganancia de peso y a la resistencia a la insulina. El ejercicio regular mejora la sensibilidad a la insulina, ayuda a controlar la presión arterial y reduce los niveles de triglicéridos y colesterol LDL (el "malo").

Dieta poco saludable

El consumo excesivo de azúcares refinados, carbohidratos procesados y grasas trans favorece la inflamación crónica y la acumulación de grasa abdominal. Una dieta rica en frutas, verduras, proteínas magras y grasas saludables puede ayudar a prevenir el síndrome metabólico.

Factores genéticos y hormonales

Las personas con antecedentes familiares de diabetes tipo 2, hipertensión o enfermedades cardiovasculares tienen mayor predisposición a desarrollar síndrome metabólico. Asimismo, desequilibrios hormonales, como los asociados al síndrome de ovario poliquístico (SOP), pueden aumentar el riesgo.

Síntomas del síndrome metabólico

El síndrome metabólico suele pasar desapercibido porque muchos de sus síntomas no generan molestias evidentes. Sin embargo, hay algunas señales que pueden indicar su presencia:

  • Aumento de la grasa abdominal y dificultad para perder peso.
  • Presión arterial elevada o sensación de mareo frecuente.
  • Cansancio excesivo después de las comidas, debido a la resistencia a la insulina.
  • Manchas oscuras en la piel, especialmente en el cuello y axilas (acantosis nigricans).
  • Niveles alterados de glucosa en sangre detectados en análisis de rutina.
  • Inflamación y retención de líquidos.

Si se presentan varios de estos síntomas, es recomendable acudir a un médico para una evaluación completa.

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Tratamiento y métodos para revertir el síndrome metabólico

La buena noticia es que el síndrome metabólico puede ser prevenido y tratado con cambios en el estilo de vida. Estas son algunas de las estrategias más efectivas:

Alimentación saludable

  • Reducir el consumo de azúcares refinados y carbohidratos procesados.
  • Priorizar alimentos ricos en fibra, como frutas, verduras y legumbres.
  • Aumentar el consumo de proteínas de calidad (pescado, carne magra, huevos, legumbres).
  • Incorporar grasas saludables provenientes de frutos secos, aguacate y aceite de oliva.

Ejercicio físico regular

  • Realizar al menos 150 minutos de ejercicio moderado a la semana.
  • Incluir entrenamiento de fuerza para mejorar la sensibilidad a la insulina.
  • Evitar el sedentarismo prolongado con pausas activas a lo largo del día.

Control del estrés y descanso adecuado

El estrés crónico puede elevar los niveles de cortisol, lo que favorece la acumulación de grasa abdominal y la resistencia a la insulina. Técnicas como la meditación, el yoga o simplemente dormir entre 7 y 8 horas diarias ayudan a regular el metabolismo.

Tratamiento médico en casos avanzados

En algunos casos, cuando los cambios en el estilo de vida no son suficientes, los médicos pueden recomendar fármacos para controlar la presión arterial, reducir los niveles de colesterol o mejorar la sensibilidad a la insulina.