El síndrome metabólico es una de las grandes preocupaciones de la medicina actual, ya que afecta a millones de personas en todo el mundo sin que muchas de ellas sean conscientes de ello. Este conjunto de alteraciones metabólicas no solo aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, sino que también está estrechamente ligado a la obesidad, la diabetes tipo 2 y otros trastornos crónicos que pueden reducir la calidad de vida. Pero, ¿cómo saber si se tiene síndrome metabólico? ¿Cuáles son los factores que lo provocan? ¿Es posible prevenirlo o revertirlo?
Con una prevalencia creciente debido a los cambios en los hábitos de vida, el síndrome metabólico se ha convertido en un problema de salud pública. La combinación de obesidad abdominal, resistencia a la insulina, hipertensión arterial y niveles elevados de colesterol y triglicéridos conforma un cuadro clínico que puede derivar en complicaciones graves si no se aborda a tiempo. Afortunadamente, modificar el estilo de vida puede marcar la diferencia.
¿Qué es el síndrome metabólico?
El síndrome metabólico no es una enfermedad en sí misma, sino un conjunto de trastornos que, cuando se presentan en conjunto, aumentan significativamente el riesgo de enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2 y accidentes cerebrovasculares. Para que un paciente sea diagnosticado con síndrome metabólico, debe presentar al menos tres de los siguientes cinco factores:
- Obesidad abdominal: Perímetro de cintura superior a 102 cm en hombres y 88 cm en mujeres.
- Hipertensión arterial: Presión arterial igual o superior a 130/85 mmHg.
- Niveles elevados de glucosa en sangre en ayunas: Igual o superior a 100 mg/dL.
- Triglicéridos elevados: Niveles en sangre de 150 mg/dL o más.
- Colesterol HDL bajo: Menos de 40 mg/dL en hombres y menos de 50 mg/dL en mujeres.
Cuantos más factores se combinen, mayor será el riesgo de padecer complicaciones graves. La detección temprana y los cambios en el estilo de vida pueden marcar la diferencia en la prevención de enfermedades crónicas.