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Mastoiditis: síntomas, tratamiento y cómo prevenir esta peligrosa infección del oído

martes, 11 de marzo de 2025

La mastoiditis es una infección que afecta el hueso mastoideo, situado detrás del oído. Aunque hoy en día es menos común gracias al uso de antibióticos, sigue siendo una afección que puede derivar en complicaciones graves si no se trata a tiempo. Se produce como consecuencia de una infección en el oído medio que se propaga al hueso mastoideo, provocando inflamación y acumulación de pus en la zona.

Este problema es más frecuente en niños, aunque también puede afectar a adultos. Sus síntomas pueden incluir dolor intenso en la zona del oído, fiebre, supuración y enrojecimiento de la piel. Sin un tratamiento adecuado, la infección puede extenderse y afectar estructuras cercanas, lo que convierte a la mastoiditis en una afección que requiere atención médica inmediata.

¿Qué es la mastoiditis?

La mastoiditis es una infección del hueso mastoideo, una estructura porosa ubicada detrás de la oreja, que forma parte del sistema de cavidades del oído medio. Esta infección suele ser consecuencia de una otitis media aguda mal tratada o resistente a los antibióticos. La inflamación en esta zona puede generar presión en las estructuras cercanas y afectar la audición, además de aumentar el riesgo de que la infección se propague a otras áreas, como el cerebro o los nervios craneales.

La progresión de la mastoiditis puede llevar a la formación de abscesos dentro del hueso, lo que debilita su estructura y favorece la acumulación de secreciones purulentas. Cuando esto ocurre, los síntomas pueden agravarse rápidamente, provocando un deterioro general del estado de salud del paciente. La infección no solo compromete la función auditiva, sino que también puede provocar alteraciones en el equilibrio y generar un intenso malestar en la zona afectada.

Las principales causas de esta infección auditiva

La mastoiditis se desarrolla principalmente como una complicación de la otitis media, cuando las bacterias responsables de la infección atraviesan las estructuras del oído y alcanzan el hueso mastoideo. Este proceso inflamatorio puede ocurrir cuando la otitis no recibe un tratamiento adecuado o cuando el organismo no responde de manera efectiva a los antibióticos administrados. En algunos casos, la presencia de una infección recurrente en el oído medio puede predisponer a la aparición de esta afección.

Existen ciertos factores que pueden incrementar el riesgo de padecer mastoiditis. Entre ellos se encuentran los antecedentes de infecciones frecuentes en el oído medio, la debilidad del sistema inmunológico debido a enfermedades crónicas o deficiencias nutricionales, y el uso inadecuado de antibióticos que puede contribuir al desarrollo de resistencia bacteriana. También pueden influir las condiciones anatómicas que dificulten el drenaje normal del oído, favoreciendo la acumulación de secreciones y el crecimiento de microorganismos patógenos.

Síntomas de la mastoiditis

Los síntomas de la mastoiditis pueden presentarse de manera progresiva o repentina, dependiendo del grado de afectación del hueso mastoideo y de la respuesta inmune del paciente. En la mayoría de los casos, el primer signo de alerta es un dolor intenso detrás del oído, acompañado de inflamación y enrojecimiento en la zona. La fiebre alta suele ser otro indicio importante, ya que refleja la respuesta del organismo ante la infección. A medida que la enfermedad avanza, pueden aparecer secreciones purulentas en el conducto auditivo, lo que indica la presencia de una infección activa que está afectando el tejido circundante.

Entre los síntomas más característicos de la mastoiditis se encuentran:

  • Dolor persistente y pulsátil detrás del oído, que puede aumentar con el movimiento o la presión sobre la zona.
  • Enrojecimiento e hinchazón de la piel en la región mastoidea, acompañado de una posible sensación de calor en la zona.
  • Secreción de pus a través del oído, signo de una infección avanzada que está drenando hacia el exterior.
  • Fiebre elevada y malestar general, lo que indica una respuesta inflamatoria del organismo.
  • Disminución de la audición en el oído afectado, debido a la acumulación de líquido y la inflamación del tejido circundante.
  • Dolor de cabeza y mareos, especialmente si la infección comienza a extenderse a otras estructuras cercanas.

En los casos más graves, la mastoiditis puede causar una sensación de presión dentro del oído, disminución de la capacidad auditiva y mareos. Algunas personas experimentan un malestar generalizado que incluye fatiga extrema y dolor de cabeza persistente. En situaciones avanzadas, la inflamación puede extenderse más allá del hueso mastoideo, provocando la aparición de abscesos en el cuero cabelludo o en otras estructuras cercanas, lo que aumenta el riesgo de complicaciones graves como la meningitis o la trombosis del seno lateral.

¿Cómo se puede diagnosticar?

El diagnóstico de la mastoiditis comienza con una evaluación clínica detallada por parte del especialista en otorrinolaringología. Es fundamental analizar el historial del paciente, prestando especial atención a episodios previos de otitis media y la respuesta a tratamientos antibióticos anteriores. Durante la exploración, el médico examina el conducto auditivo en busca de signos de inflamación, supuración y alteraciones en la movilidad del tímpano, que pueden indicar la presencia de una infección en curso.

Para confirmar el diagnóstico, se pueden utilizar pruebas complementarias como la tomografía computarizada, que permite evaluar el grado de afectación del hueso mastoideo y descartar posibles complicaciones. En algunos casos, se realizan cultivos de las secreciones para identificar el tipo de bacteria responsable de la infección y determinar el tratamiento antibiótico más adecuado. Las pruebas de laboratorio también pueden ser útiles para detectar signos de inflamación sistémica y evaluar la respuesta del organismo ante la infección.

Tratamiento de la mastoiditis

El tratamiento de la mastoiditis tiene como objetivo eliminar la infección, aliviar los síntomas y prevenir complicaciones. La gravedad del caso determinará el enfoque terapéutico más adecuado. En la mayoría de los casos, el tratamiento inicial se basa en antibióticos de amplio espectro administrados por vía intravenosa, lo que permite atacar la infección de manera rápida y efectiva.

Si el tratamiento con antibióticos no resulta suficiente o si la infección ha avanzado demasiado, pueden ser necesarias intervenciones quirúrgicas para evitar daños mayores en el hueso mastoideo y las estructuras circundantes. Existen varias opciones según el grado de afectación:

  • Miringotomía: se realiza una pequeña incisión en el tímpano para drenar la acumulación de pus en el oído medio y aliviar la presión.
  • Mastoidectomía: en los casos más graves, es necesario extirpar la parte afectada del hueso mastoideo para eliminar la infección y evitar su propagación.
  • Drenaje del absceso: si la infección ha generado un absceso en la zona, se puede requerir una intervención quirúrgica para eliminar el material purulento acumulado.

 

Además de estos procedimientos, se pueden administrar analgésicos para aliviar el dolor y antiinflamatorios para reducir la inflamación en la zona afectada. Es fundamental seguir el tratamiento completo y acudir a las revisiones médicas para garantizar una recuperación total y evitar recaídas. La atención temprana y el cumplimiento estricto de las indicaciones médicas son clave para evitar complicaciones a largo plazo.

La recuperación tras el tratamiento varía según la gravedad de la infección y la rapidez con la que se haya administrado la terapia. Es fundamental seguir todas las indicaciones médicas y completar el ciclo de antibióticos para evitar recaídas. También se recomienda realizar controles periódicos con el especialista para asegurarse de que la infección ha sido completamente erradicada y que no han quedado secuelas que puedan comprometer la audición o la salud general del paciente.

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Así se puede prevenir la infección

Prevenir la mastoiditis es posible mediante el tratamiento adecuado de las infecciones del oído medio. La identificación temprana de los síntomas de una otitis y el inicio inmediato del tratamiento con antibióticos ayudan a evitar la propagación de la infección al hueso mastoideo. Es importante evitar la automedicación y completar siempre el tratamiento recetado por el médico, incluso si los síntomas mejoran antes de finalizarlo.

Otro aspecto clave en la prevención es mantener una buena higiene del oído y evitar la exposición a factores que puedan predisponer a infecciones, como cambios bruscos de temperatura o la introducción de objetos extraños en el canal auditivo. En personas con infecciones recurrentes en el oído, las revisiones médicas regulares pueden ayudar a detectar problemas antes de que evolucionen a una complicación mayor.