Toda la información médica a tu alcance

  • Todos

  • Especialidad/
    Unidad Médica

  • Especialista

  • Prueba Diagnóstica

  • Tratamiento

Actualidad

Enfermedad por Reflujo Gastroesofágico (ERGE): cómo controlar el reflujo ácido

lunes, 24 de febrero de 2025

La enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) es un trastorno digestivo crónico. Se produce cuando el contenido del estómago regresa al esófago de manera recurrente, causando irritación en la mucosa y generando síntomas molestos como acidez, dolor en el pecho y dificultad para tragar. Aunque muchas personas experimentan reflujo ocasionalmente, cuando los episodios son frecuentes y afectan la calidad de vida, se considera una patología que requiere tratamiento.

Este problema no solo se limita a los adultos, sino que también puede afectar a niños e incluso bebés. Además, en algunos casos puede derivar en complicaciones más graves como esofagitis, úlceras e incluso un mayor riesgo de esófago de Barrett, una enfermedad precancerosa.

Te contamos qué es el reflujo gastroesofágico, sus síntomas más comunes, sus causas y factores de riesgo, así como los métodos de diagnóstico y los tratamientos disponibles para controlarlo. También analizaremos las diferencias entre la acidez ocasional y la ERGE, las complicaciones que puede generar y cómo manejar la enfermedad tanto en adultos como en niños.

¿Qué es el reflujo gastroesofágico?

El reflujo gastroesofágico es un trastorno digestivo caracterizado por el ascenso involuntario del contenido gástrico hacia el esófago debido a un mal funcionamiento del esfínter esofágico inferior (EEI), una válvula muscular que regula el paso de los alimentos desde el esófago hasta el estómago. Cuando este mecanismo no funciona correctamente, los jugos gástricos pueden irritar la mucosa esofágica y causar molestias que van desde una sensación de ardor hasta dolor torácico.

Este fenómeno es común y, en muchos casos, no representa un problema grave si ocurre esporádicamente. Sin embargo, cuando los episodios de reflujo son frecuentes y persistentes, se habla de enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE). Esta patología puede deteriorar la calidad de vida y, en ausencia de tratamiento, derivar en complicaciones como inflamación crónica, estenosis esofágica y un mayor riesgo de lesiones precancerosas.

El reflujo puede verse agravado por factores como el tipo de alimentación, el sobrepeso, el consumo de tabaco y alcohol, así como ciertas condiciones médicas como la hernia de hiato. Por ello, es importante identificar los factores desencadenantes y adoptar estrategias adecuadas para su control.

Síntomas de la ERGE

Los síntomas del reflujo gastroesofágico pueden variar en intensidad y frecuencia según la persona. Los más comunes incluyen:

  • Sensación de ardor o quemazón en el pecho (acidez).
  • Regurgitación de alimentos o líquidos ácidos en la boca.
  • Dolor en el pecho, que puede confundirse con problemas cardíacos.
  • Dificultad o dolor al tragar.
  • Sensación de nudo en la garganta.
  • Tos seca persistente, especialmente por la noche.
  • Ronquera o cambios en la voz.
  • Mal aliento crónico.
  • Náuseas.

Cuando estos síntomas se presentan de forma frecuente, es importante acudir a un especialista para obtener un diagnóstico y tratamiento adecuados.

Causas del reflujo gastroesofágico

El reflujo gastroesofágico puede deberse a múltiples factores que afectan el funcionamiento adecuado del sistema digestivo. Uno de los principales desencadenantes es el debilitamiento del esfínter esofágico inferior, una estructura muscular que actúa como una barrera entre el estómago y el esófago. Cuando este esfínter no cierra correctamente, los ácidos gástricos ascienden con facilidad, irritando la mucosa esofágica y provocando los síntomas característicos de la ERGE.

La hernia de hiato es otro factor que contribuye al reflujo, ya que altera la anatomía normal del diafragma y facilita la regurgitación del contenido gástrico. Además, la obesidad y el sobrepeso generan una mayor presión intraabdominal, lo que favorece el ascenso del ácido desde el estómago hacia el esófago. Los hábitos alimenticios también desempeñan un papel clave, especialmente el consumo frecuente de comidas copiosas, ricas en grasas o con alto contenido ácido, así como la ingesta de alimentos irritantes como el café, el alcohol y las bebidas carbonatadas.

El tabaquismo y el consumo de alcohol pueden debilitar aún más el esfínter esofágico inferior y aumentar la producción de ácido gástrico, lo que incrementa la probabilidad de episodios de reflujo. Por otro lado, el estrés y la ansiedad pueden alterar la motilidad del tracto digestivo y agravar los síntomas, ya que influyen en la producción de ácido y en la sensibilidad del esófago a la irritación.

Algunas condiciones médicas como la diabetes, los trastornos del tejido conectivo y ciertos tratamientos farmacológicos pueden afectar la función esofágica y predisponer a la aparición del reflujo. Asimismo, durante el embarazo, los cambios hormonales y el aumento de la presión abdominal pueden hacer que los episodios de reflujo sean más frecuentes. 

Diagnóstico de la ERGE

El diagnóstico de la enfermedad por reflujo gastroesofágico se basa en la evaluación de los síntomas y en la realización de pruebas específicas cuando es necesario. Entre los métodos diagnósticos más comunes se incluyen:

  • Prueba de pH esofágico:mMide la acidez en el esófago durante 24 horas.
  • Endoscopia digestiva alta: permite visualizar el estado del esófago y detectar signos de inflamación o lesiones.
  • Manometría esofágica: evalúa la función del esfínter esofágico inferior y la motilidad esofágica.
  • Radiografía con contraste: puede ayudar a detectar anomalías en el esófago y el estómago.

 

Tratamiento para el reflujo gastroesofágico

El tratamiento de la ERGE depende de la gravedad de los síntomas y de la respuesta del paciente a las distintas opciones terapéuticas. Algunas estrategias incluyen:

Medicación

Existen diferentes tipos de fármacos para controlar el reflujo:

  • Antiácidos: neutralizan el ácido gástrico y alivian la acidez temporalmente.
  • Inhibidores de la bomba de protones (IBP): reducen la producción de ácido en el estómago.
  • Antagonistas H2: disminuyen la producción de ácido gástrico.

Cirugía

En casos graves o cuando los medicamentos no son efectivos, puede considerarse la cirugía para reforzar el esfínter esofágico y prevenir el reflujo.

Remedios caseros y cambios en el estilo de vida

Además del tratamiento médico, ciertos cambios en el estilo de vida pueden ayudar a reducir la frecuencia y la intensidad de los síntomas del reflujo gastroesofágico. Uno de los aspectos más importantes es modificar los hábitos alimenticios, optando por comidas más ligeras y evitando acostarse inmediatamente después de comer. Comer despacio y masticar bien los alimentos también puede favorecer una mejor digestión y reducir la posibilidad de que el ácido gástrico regrese al esófago.

El control del peso es otro factor clave, ya que el sobrepeso y la obesidad aumentan la presión sobre el estómago, favoreciendo el reflujo. La práctica regular de ejercicio físico puede contribuir a mantener un peso saludable y mejorar la función digestiva, siempre evitando actividades que impliquen esfuerzos abdominales intensos inmediatamente después de comer.

El estrés y la ansiedad pueden empeorar los síntomas de la ERGE, por lo que es recomendable incorporar técnicas de relajación como la meditación, el yoga o la respiración profunda. Dormir con la cabeza ligeramente elevada puede ayudar a evitar que el ácido gástrico ascienda durante la noche, reduciendo los episodios de reflujo nocturno.

Algunas personas encuentran alivio con remedios caseros como las infusiones de manzanilla o jengibre, el consumo moderado de aloe vera o el uso ocasional de bicarbonato de sodio para neutralizar la acidez. No obstante, es fundamental recordar que estos métodos no sustituyen la opinión de un profesional de la salud, y su uso debe ser supervisado para evitar efectos adversos.

Alimentos que empeoran o alivian el reflujo

La alimentación juega un papel fundamental en la aparición y control del reflujo gastroesofágico. Algunos alimentos pueden agravar los síntomas, mientras que otros ayudan a reducir la acidez y mejorar la digestión.

Los alimentos que pueden empeorar el reflujo incluyen:

  • Comidas grasas y fritas.
  • Café y bebidas con cafeína.
  • Chocolate y menta.
  • Cítricos y zumos ácidos.
  • Alcohol y bebidas carbonatadas.
  • Alimentos picantes.
  • Tomate y salsas a base de tomate.

Por otro lado, algunos alimentos pueden aliviar los síntomas del reflujo:

  • Avena y cereales integrales.
  • Plátanos y manzanas.
  • Verduras de hoja verde.
  • Pescado y carnes magras.
  • Jengibre (con moderación).
  • Lácteos bajos en grasa.
  • Infusiones suaves, como la de manzanilla.

Mantener una dieta equilibrada y evitar los alimentos desencadenantes puede ser clave para reducir la frecuencia de los episodios de reflujo.

➡️ ¿Cómo puedo tener más información sobre la 

Enfermedad por Reflujo Gastroesofágico?

 

Pues es muy sencillo, puedes llamarnos al teléfono 985 28 60 00.
Estaremos encantados de atenderte y resolver todas tus dudas.

Diferencia entre acidez y ERGE

Es común confundir la acidez estomacal con la enfermedad por reflujo gastroesofágico, ya que ambos términos están relacionados. Sin embargo, no son lo mismo.

La acidez es una sensación de ardor o quemazón en la zona del pecho y la garganta que ocurre ocasionalmente, especialmente después de comidas abundantes, consumo de alimentos picantes o grasos, o al acostarse inmediatamente después de comer. Se debe a un episodio aislado de reflujo ácido y, por lo general, se resuelve con cambios en la alimentación o con el uso ocasional de antiácidos.

Por otro lado, la ERGE es un problema crónico que ocurre cuando el reflujo ácido es frecuente y persistente, afectando la calidad de vida del paciente. A diferencia de la acidez ocasional, la ERGE puede causar daño en la mucosa esofágica, derivar en inflamaciones recurrentes y aumentar el riesgo de complicaciones más graves como esofagitis, úlceras esofágicas y el esófago de Barrett.

Un aspecto clave para diferenciar ambas es la frecuencia e intensidad de los síntomas. Si una persona experimenta acidez varias veces a la semana, sufre dificultad para tragar o presenta síntomas nocturnos que interfieren con su descanso, es fundamental acudir a un especialista para descartar la ERGE y recibir el tratamiento adecuado.

ERGE en bebés y niños

El reflujo gastroesofágico no solo afecta a los adultos, sino que también es frecuente en bebés y niños. En los primeros meses de vida, el reflujo es común debido a la inmadurez del sistema digestivo y suele resolverse con el tiempo. Sin embargo, cuando los episodios son persistentes y generan problemas como llanto excesivo, dificultad para ganar peso o problemas respiratorios, se debe evaluar la posibilidad de ERGE.

En los bebés, algunos signos de reflujo incluyen:

  • Regurgitación frecuente después de las tomas.
  • Irritabilidad y llanto prolongado sin causa aparente.
  • Tos o hipo recurrente.
  • Dificultad para alimentarse.
  • Problemas para dormir.

En niños más mayores, la ERGE puede manifestarse con síntomas similares a los de los adultos, como dolor en el pecho, acidez y dificultad para tragar. El tratamiento en estos casos suele basarse en ajustes en la alimentación, cambios en la postura durante y después de las comidas, y en algunos casos, medicación bajo supervisión pediátrica.

Es fundamental que los padres consulten con un especialista si sospechan que su hijo puede tener ERGE, ya que un diagnóstico y tratamiento tempranos pueden prevenir complicaciones a largo plazo.

Complicaciones de la ERGE

Si no se trata adecuadamente, la ERGE puede derivar en complicaciones como:

  • Esofagitis erosiva: inflamación del esófago por la exposición prolongada al ácido gástrico.
  • Úlceras esofágicas: pequeñas heridas que pueden sangrar y causar dolor al tragar.
  • Estenosis esofágica: estrechamiento del esófago que dificulta la deglución.
  • Esófago de Barrett: cambio en las células del esófago que puede aumentar el riesgo de cáncer.